“Algún día sabremos que la muerte no puede nunca robarnos nada de lo que nuestra alma ha ganado, porque sus ganancias forman parte de ella misma.”
El hombre, en su eterna e infantil inocencia, desarrolla múltiples caminos en el andar de sus días; gatea en su infancia, corre en su juventud y camina con la experiencia ganada de los años de la adultez, trascendiendo por su obras, a quienes por designios naturales, le preceden y siguen.Así, muchos son los llamados a las grandes tareas y pocos los elegidos que las idean, concretan y materializan, dejando tras de sí, una estela de cometa que ilumina a toda la humanidad.
Aproximadamente a las 00:25 horas de la madrugada del día Miércoles 25 de Marzo, a los 97 años de edad, se produjo el lamentable deceso de nuestro Director Honorario y Fundador Don Heberto Valencia Guevara. Hombre y Bombero de una rectitud siempre fiel a sus principios, quien se caracterizó por su enérgico actuar tanto dentro de la Institución Bomberil como en la vida privada. Contribuyó en gran medida a la Fundación de la Tercera Cía., aportando todos sus conocimientos de su profesión hacia la Institución.
Así, se dio inicio a un emotivo día, lleno de innumerables gestos de fraternidad y apoyo por la triste partida de un Tercerino y Bombero de Ñuñoa. Momentos de gran recogimiento se vivieron en nuestro Cuartel cuando cada una de las Compañías asistentes, manifestaban sus sentimientos de admiración por el aquel Fundador de la Tercera Compañía e implacable Bombero de Corazón.
Sus restos fueron despedidos el día de Ayer, con especial emotividad y sentimientos, por sus familiares, amigos y hermanos camaradas Tercerinos y por todo el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, los más altos Oficiales Generales, Directorio, Oficiales de Comandancia, de Compañías y Voluntarios.
En el frontis del Cementerio General, habló en nombre del Directorio el Superintendente señor Andrés Sfueftan Schewd y por la Tercera Compañía nuestro Director señor Martín Reyes Zamorano.
Discurso Director Tercera Compañía.
“Algún día sabremos que la muerte no puede nunca robarnos nada de lo que nuestra alma ha ganado, porque sus ganancias forman parte de ella misma.”
Tagore.
El hombre, en su eterna e infantil inocencia, desarrolla múltiples caminos en el andar de sus días; gatea en su infancia, corre en su juventud y camina con la experiencia ganada de los años de la adultez, trascendiendo por su obras, a quienes por designios naturales, le preceden y siguen.
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