Al comenzar un Nuevo Año no podemos dejar de soslayar lo pasado, sólo así se podrá participar en la construcción de futuro en lo individual y lo colectivo. Reciban un afectuoso saludo y deseo de prosperidad para cada uno de Uds., sus familias y amigos.
Los desafíos que se nos presentarán tendrán diferentes aristas, pero recordando la cita de Donald Kendall: “El único lugar donde el éxito viene antes que trabajo es en el diccionario”. Trabajo es la tarea de todos para engrandecer nuestra Compañía y por ende, nuestra Institución.
La gran invitación para cada uno de nosotros es la de construir un proyecto de Compañía donde se abaniquen las necesidades de corto, mediano y largo plazo. Cuentan que Winston Churchill fue invitado a su colegio después de la Segunda Guerra Mundial para que contase el secreto de su éxito. Frente a la expectación del auditorio sacó una hoja y dijo: “Nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca te des por vencido”. Hizo una pausa, guardó el papel y tomó asiento. Churchill transmitió el verdadero secreto de su éxito: la perseverancia y, ésta no es muy popular: cuando emprendemos proyectos, los resultados no siempre son inmediatos y las gratificaciones las esperamos a corto plazo y al buscarlas en forma inmediata y no encontrarlas, podemos desmotivarnos saboteando así, nuestras metas o simplemente abandonarlas.
Pero esta Compañía es una Compañía de amigos. Con debilidades y fortalezas. Las mismas que poseo en lo personal, empero, cada uno de nosotros es una promesa. Son esos amigos que tienen el orgullo de representar dignamente y velar por el buen nombre de la Tercera en cada uno de los actos. Por consiguiente, ese gran proyecto lo debemos construir entre todos. Agradezco desde ya a todos los Voluntarios y Oficiales que están transformando sus ideas en proyectos, por ende, las puertas están abierta para todos, transformando la crítica como su único sinónimo: crear una opción mejor o de calidad a su estado inicial, es decir, ser parte de la solución.
Pero hay un denominador común para cada una de nuestros desafíos: el clima organizacional, clima que somos custodios cada uno de nosotros. Un antiguo proverbio chino dice, “para estar sano hay que reír al menos 30 veces al día”. Una buena risa, de esas explosivas, provoca el movimiento de 400 músculos en todo el cuerpo, se activa la circulación de la sangre, el ritmo respiratorio, y por lo tanto, el diálogo fecundo será una máxima que debemos aspirar. Los objetivos transversales son pilares en los valores morales que cada día desarrolla nuestra Institución y tenemos que hacerlos nuestro día a día. Son múltiples los desafíos, como múltiples deben ser nuestros compromisos. La puerta está abierta y el temor al error, no puede ser limitante de todo el potencial y, como citó Rabindranath Tagore, “si cerramos la puerta a todos los errores, también la verdad se puede quedar afuera”.
Feliz año.
Espero con ansias que las comisiones que formaremos den los resultados que esperamos todos y podamos tener la oportunidad de regalarnos un Seminario o Claustro de la Tercera en el lugar que tendremos que definir, para lo cual estaremos atentos a sus contactos y sugerencias. Muchos saldrán de vacaciones con la tarea de aportar lo suyo a su regreso y exponerlo para la crítica de todos.
El mandato de nuestra Institución debe velar por la protección de la vida, los bienes y el medio ambiente, por consiguiente, la capacitación debe ser el eje neurálgico de nuestro perfeccionamiento.