DÍA NACIONAL DE LOS BOMBEROS DE CHILE

Hoy es un día especial para nuestro país y para todos los hombres y
mujeres que conforman este maravilloso grupo humano al servicio de la Patria, que vela por salvar
vidas y bienes no importando su condición de quien lo necesita. Lo importante es el servicio a la
comunidad entregando su propia seguridad con la plena convicción del deber cumplido.
Obviamente constituye, el reconocimiento, orgullo y voluntad de hacer el bien, que nace en el
alma de quienes integramos esta fuerza de tarea ciudadana, destacada por todos los seres
humanos del mundo.
Nosotros somos parte de esta celebración, pero para analizar en profundidad esta cofradía de
mujeres y hombres es necesario revisar la Historia.
En efecto, la Historia Universal, nos entrega muchas evidencias y testimonios de acciones de
grupos de personas, que organizadas contra el combate de incendios, dan prueba de ello.
En el año 2004, arqueólogos Alemanes bajo la dirección del Profesor Bernd Paeffgen descubren en
el Valle del Rin, lo que fue descrito como una Bomba de Agua de 1650 años de antigüedad. El
equipo contaba además, con un tubo delgado de 1,10 metros que iba unido a dicha bomba.
Inicialmente confundido como una lanza, las pruebas y pericias posteriores revelaron que se
trataba de un conducto o manguera para expulsión del agua con el propósito que se advierte.
Se atribuye al primer Emperador César Augusto, la creación Oficial del Primer Cuerpo de
Bomberos Organizado en Roma. Sin embargo, años antes, un adinerado y ambicioso aristócrata
llamado Marco Licinio Craso, cuya riqueza provenía de los bienes raíces y el alquiler inmobiliario,
quien había ya organizado una especie de servicio contra Incendios en la ciudad de Roma
precisamente. No obstante, también había organizado las primeras “Brigadas de Incendiarios” de
las que tiene referencia la Historia, asegurando que sus bomberos tuvieran siempre trabajo y
siendo éstos controlados por el cruel CRASO, no les daba la orden de apagar el incendio si el
dueño del territorio o construcción no lo vendía a precios de renta en ese instante. Así entonces, la
gente prefería ganar dinero de la venta injusta, a quedarse con una casa o terreno devastado por
el fuego.
Nosotros estamos del lado del bien y así la Historia continuó escribiéndose en donde los hombres
dieron paso a Instituciones nobles y de gran reconocimiento hasta nuestros días.
En el Mundo, la mayoría de los Bomberos pertenecen a Cuerpos de titularidad pública, que
destacan como Asalariados y Voluntarios. También los hay privados, con las especialidades de
Forestales, de Fábricas y Empresas, de Universidades que generalmente colaboran en
investigaciones científicas en pro de la profesión, además de sus labores propias de extinción.

En fin, existe una diversidad de servicios y en nuestro país no estamos ajenos a estas
organizaciones, dentro de las cuales podemos destacar: El SEI o Servicio de Extinción de Incendios
que opera en todos Aeropuerto nacionales en caso de capotar alguna aeronave y con claro riego
de Incendio de las naves o de las infraestructuras de esos recintos. Su dependencia, la DGAC.
Sin embargo, lo más importante para quienes pertenecemos a nuestro actual sistema de
bomberos, es que es VOLUNTARIADO. En Sudamérica, destacan los servicios o Cuerpos de
Bomberos de Ecuador, Perú, Paraguay y Chile bajo la condición de Voluntarios y otros en latitudes
vecinas, con sistemas mixtos, asalariados y voluntarios, como actualmente existen en el resto del
orbe.
Al revisar la Historia en nuestro querido y amado Chile, sus registros nos hacen viajar a la ciudad
de Valparaíso, principal Puerto del País y en cuya época (1800), era el principal puente de enlace
con el mundo, pues todo intercambio principalmente comercial, era evidentemente por la vía
marítima.
Las características de la ciudad, de construcción a base de madera, era presa de cualquier fuego
descontrolado. La inexistencia de equipos organizados, carencia de tecnologías y herramientas
para el combate de cualquier amenaza de fuego, era real e incierta en su capacidad de extinción.
Las eventuales labores de apagar un incendio, era materia de serenos, policías y público en
general y el sueño de generar un equipo organizado de hombres para esta labor, se quedaba sólo
en intenciones y enunciaciones.
En virtud estos hechos, el primer Cuerpo de Bomberos de Chile, surge de un incendio de grandes
proporciones acaecido precisamente en la ciudad de Valparaíso. Era casi la medianoche del 15 de
Diciembre de 1850, cuando un fuego comenzó a consumir las dependencias de la cigarrera de
Carmen Olivos, ubicada en la esquina de calle Cruz de Reyes (hoy en día la intersección de las
calles Prat y Lord Cochrane). En pocos instantes el fuego se propagó alcanzando las dos aceras de
la calle, dejando un saldo de 37 viviendas y establecimientos comerciales destruidos. En la
extinción, participó un grupo de vecinos del puerto, cuerpos cívicos, el propio Intendente de
Valparaíso don Manuel Blanco Encalada, e incluso la tripulación de dos barcos de guerra recalados
en el puerto de bandera Inglesa y Francesa respectivamente.
Este siniestro dejó de manifiesto la precariedad de las herramientas con las que contaba la ciudad
porteña, así como la falta de protocolo apropiado para a manejar en este tipo de desastres. El
Director y dueño del diario El Mercurio de Valparaíso, Don Recaredo Santos Tornero, llamó a las
autoridades y ciudadanos a protagonizar la constitución de un cuerpo de bomberos. La respuesta
fue un gran éxito. El día 19 de Diciembre se nombró una comisión organizadora del cuerpo de
bomberos; el 30 de Abril de 1851, ya existían 330 voluntarios divididos en cuatro compañías; y
luego el 30 de Junio, por acuerdo de Directorio, quedó consignado como “Día de la Fundación del
Cuerpo de Bomberos de Valparaíso”.

En la ciudad de Santiago, en aquel entonces ya contaba con más de 300.000 habitantes, sin
embargo, los servicios públicos eran muy básicos. Los incendios se hacían comunes y se enfrentaban en conjunto a través de funcionarios municipales, serenos y policías y por la propia colaboración de vecinos, pero sin disponer de los implementos necesarios para combatir el fuego.
La ciudad estaba marcada profundamente por la religiosidad y precisamente el día 08 de
Diciembre de 1863, en plena culminación del mes de María, el templo de la Iglesia de la Compañía
de Jesús que albergaba a más de miles de fieles, un voraz e incontrolable incendio se apoderó del
lugar, llevándose a más de dos mil almas en su mayoría mujeres y niños. Fue tal su magnitud, que
la comunidad por completo se vio afectada.
Entre los vecinos que recorrían la ciudad, prestando ayuda a las víctimas, surge un comerciante
proveniente de lavaderos de oro en California, que ante la impotencia de combatir tamaña
tragedia, hace un llamado a los jóvenes con una publicación en el diario de la época “La voz de
Chile”, nota reproducida al día siguiente por “El Ferrocarril”, con el siguiente tenor: “ Al Público: Se
cita a los jóvenes que deseen tomar parte en la formación de una compañía de Bomberos”, pasar
el día 14 del presente a la 01 de la tarde”.
El día 08 de Diciembre de 1863, don José Luis Claro Cruz es uno de los cientos de habitantes de la
capital que observan impotentes el horroroso incendio del Templo de la Compañía de Jesús, que
ha costado la vida a más de dos mil víctimas, apenas unos días después y mientras se realizaba la
misa fúnebre por las víctimas de la voraz tragedia, un pequeño aviso perdido en las páginas de los
diarios EL FERROCARRIL y LA VOZ DE CHILE, destellaba en la desolación. En ellos, el ciudadano José
Luis Claro Cruz, hacía un llamado a los jóvenes de la capital para reunirse y formar parte de una
compañía de bomberos voluntarios.
La respuesta fue inmediata. Doscientos jóvenes llegaron hasta las oficinas de Claro solicitando
incorporarse a la urgente iniciativa. Había políticos destacados, sacerdotes, empresarios,
jornaleros y artesanos. Tantos fueron convocados, que se decidió citar a una nueva reunión para el
20 de diciembre del 1863 en los salones de la Filarmónica.
Lo cierto es que, muchos de los asistentes, habían perdido a un pariente o amigo y hasta el
mismísimo Intendente de Santiago don Francisco Bascuñán Guerrero, lamentaba la desaparición
entre las llamas de su hermana y sobrinas.
Se destaca, que en aquel entonces, los voluntarios fueron de las más increíbles clases sociales de
la sociedad. Entre ellos, miembros de la aristocracia de comerciantes y mineros de ideas
progresistas y tendencias liberales, etc., que encuentran en el servicio filantrópico un modo de
materializar inquietudes éticas y sociales. No podemos dejar de mencionar, aquellos inmigrantes,
especialmente europeos que surgieron como las “compañías de Colonias”, que se observan hasta
el día de hoy y que juntos a nuestros compatriotas, conformaron lo que hoy son los bomberos de
Chile.

Del mismo modo, nuestro Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, fundado en el año 1933 genera una
institución sin fines de lucro cuyo único objetivo es constituirse en un Cuerpo de Bomberos
Voluntarios en la extensa comuna de Ñuñoa, desglosadas en los actuales sectores de Ñuñoa,
Macul, La Reina, Peñalolén y La Florida con once compañías operativas.

En la actualidad, Ñuñoa mantiene diversos servicios de emergencias, partiendo por la extinción de
incendios, Rescates Vehiculares y en Aguas abiertas o torrentosas, HAZ-MAT, Equipos USAR e
incluso y con el significativo crecimiento de la ciudad especialmente en la construcción vertical,
Combates de Incendios en Altura, cuya especialización ha sido generada en base a la experiencia
de Bomberos de Estados Unidos.

Este Cuerpo, es el Segundo más grande nuestro país y pionero en las especializaciones y
modernización de herramientas, capacitaciones y de material mayor.
Por las razones y la Historia antes expuesta, no podemos dejar de sentirnos tremendamente
orgullosos de pertenecer a esta gran familia que reúne personas de las más diversas actividades,
más aún de reconocer en primer término a aquellos que escribieron la historia, a quienes ya no
están y aquellos que sí están con clásicas marcas del paso del tiempo, a los cuales no podemos
jamás de dejar de expresar nuestra gratitud por el esfuerzo, el tesón y la convicción que nuestra
dirección es el bien común, tan entrañable en estos días. Ellos son el legado legítimo de Honradez,
verdad, Lealtad, disciplina y entrega al servicio voluntario que ha marcado nuestro horizonte,
objetivo fundamental de nuestra existencia.
Por otro lado el llamado a los más jóvenes a continuar escribiendo esta maravillosa historia de
hombres valientes, justos y profesionales, apegados a los nuevos procedimientos, la aplicación de
la adecuada tecnología, bien capacitados y con una ética a toda prueba para asistir día a día al
llamado de los nuevos desastres que nos impone la naturaleza de la vida.
ROBERT GREEN, abogado del siglo XIX expresó:

“Cuando la voluntad desafía al miedo o el temor, cuando el deber lanza el guante hasta el destino, cuando el honor desprecia a un compromiso con la muerte- es HEROÍSMO.

Por los HÉROES de la VIDA COTIDIANA.

QUERIDOS CAMARADAS

FELIZ DÍA DE LOS BOMBEROS DE NUESTRA PATRIA

Rodrigo Vergara Ibinarriaga
Voluntario Honorario